La obesidad se ha convertido en los últimos años en un tema de preocupación tanto desde el punto de vista social como de salud, por ello se ha incrementado el número de intervenciones relacionadas con la pérdida de peso para el tratamiento de la obesidad mórbida, un ejemplo de ello es la Cirugía Bariátrica, esta cirugía es uno de los modos más efectivos para perder peso masivamente; pero esta pérdida repentina de peso hace que la piel se retraiga de manera desproporcionada al peso perdido, por lo que aparecen las secuelas morfológicas: exceso de piel, adiposidades localizadas, estrías, flacidez del tono muscular, entre otros.

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Estas secuelas morfológicas generalmente van asociadas a secuelas psicológicas, por ello, la cirugía post pérdida masiva de peso es el último peldaño en la meta del paciente obeso y cumple un papel reconstructivo importante para finalizar el proceso.

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El candidato ideal para someterse a una cirugía post pérdida masiva de peso, es el hombre o la mujer, preferentemente joven y sano, que haya estabilizado su peso (dieta, cirugía o ejercicio). Aquellos pacientes que todavía están en fase de pérdida de peso, deberán posponer la cirugía.

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Posterior a haber logrado su meta de pérdida de peso, el paciente debe de continuar un manejo multidisciplinario por múltiples especialistas como cirujano bariatra, endocrinólogo, médico internista, nutriólogo, psicólogo, entre otros, los cuales posterior a evaluar al paciente de forma integral determinarán si se encuentra en estado de salud adecuado y en condiciones óptimas para realizar su cirugía plástica, la cual generalmente constituye el último peldaño en el tratamiento de la obesidad.